UNIDAD Y ORGANIZACION PARA CONTINUAR CAMBIANDO EL PAIS
“Estamos convencidos de que estas conquistas pendientes solo se pueden alcanzar si construimos un nuevo Movimiento Nacional y Popular capaz de sostener este Proyecto Nacional y profundizar los cambios. Estamos convencidos de que esa es la tarea central para avanzar en la construcción de una patria para todos. Esta es la convocatoria”
Esto decíamos cuando convocamos al primer encuentro de la militancia, con la pretensión de dar – como primer paso - la batalla electoral del 28 de junio para fortalecer la posición del Gobierno Nacional. En ese encuentro se manifestó la necesidad de constituir un espacio político que pueda ser protagonista en el proceso de cambio iniciado en el 2003. Después del resultado electoral del 28 de junio, este objetivo se vuelve un mandato que no puede ser desoído por ningún compañero que crea que la liberación es posible.
La modificación de la Corte Suprema, el juzgamiento de los genocidas, la reindustrialización del pais, el entierro del Alca en Mar del Plata, la recuperación de los fondos de las AFJP y las empresas estatales ( Aerolineas, el Correo, el Agua y la Fabrica Militar de Aviones), la reactivacion de las negociaciones colectivas y la decidida disminución del desempleo y la pobreza, retomaron una politica en defensa del interés nacional y popular, por primera vez desde la muerte de Peron.
Por su parte el fracaso de la aprobación por el congreso, de la resolucion 125, que constituyó un legítimo intento de profundizar el proceso de redistribución del ingreso, expuso con claridad por un lado el nivel de improvisacion y los errores del gobierno y por otro el poder intacto de los sectores dominantes de la Argentina y beneficiarios de las políticas neoliberales de los '90. Los grandes productores agrarios, los nuevos propietarios rentistas, los prestadores de servicios en la siembra directa, con el apoyo de los pools y los monopolios exportadores, consiguieron que sus consignas fueran asumidas como propias por amplias capas de trabajadores y sectores medios, logrando asumir un rol prevalente en el enfrentamiento con el gobierno e iniciando un proceso destituyente que aun contuinua. Cuentan con un poderoso aparato mediático para instalar en el ideario colectivo la falacia de que el modelo agroexportador exclusivo y excluyente, se corresponde con los intereses superiores del país y es la panacea de la riqueza nacional y el bienestar de los Argentinos. De esta forma fueron tambien instalando un escenario dificil para las elecciones legislativas, complicado aun más por la crisis internacional, para evitar un triunfo del oficialismo.
El traspié en las elecciones potencia una situación de crisis que nos pone a debatir sobre sus causas y el futuro del Proyecto Nacional y Popular. Podemos encontrar algunas explicaciones: no se construyó una fuerza política propia y se debió recurrir a interesadas - y por eso endebles – fidelidades sin recurrir a la movilización organizada del pueblo; la carencia de un sistema de comunicación popular alternativa para explicar y defender la obra de gobierno, frente a los medios concentrados al servicio de intereses antinacionales; los resultados de las políticas orientadas a desmontar las estructuras neoliberales no fueron lo suficientemente profundas como para alterar de manera sustancial el esquema de la distribución de la riqueza y el poder; faltó una estrategia y un enunciado claro y contundente del “hacia donde íbamos” como sustrato de un discurso que lograra enrolar al pueblo con una causa nacional; no hubo por parte del gobierno la apertura política necesaria para escuchar otras voces aliadas sosteniendo cierta ambigüedad en la politica de alianzas, en especial, al privilegiar a empresas trasnacionalizadas, partidarias del neoliberalismo de los 90 ( Urquia, Arcor, Techint, entre otras). etc.
Las fundadas expectativas despertadas en la mayoria de los sectores populares, que le permtió ganar al Kirchnerismo la última elección presidencial fueron disminuyendo como resultado de las cuestiones señaladas y de la dispersión y desorganización de las fuerzas políticas del campo nacional y popular que - es preciso reconocerlo - no estuvimos a la altura de las circunstancias.
La derrota del 76 y por sobre todo los casi 30 años de neoliberalismo, todavía se sufren entre nosotros, no solo porque no es fácil desmontar una estructura de poder como la que se formó en ese tiempo, sino porque nuestras propias filas – la de los trabajadores formales e informales, pequeños y medianos productores del campo y la ciudad, los sectores medios pauperizados, estudiantes, intelectuales y pobres estructurales y marginales – hemos sufrido un proceso de fragmentación y colonización cultural que cuesta superar. Sus organizaciones hemos sido atravesadas por prácticas sectarias, individualistas, electoraleras y hasta frívolas. Esto incluye a la estructura de los partidos tradicionales mayoritarios que han sido vaciados de contenido abandonando sus banderas históricas. Por estos factores se vieron frustrados los intentos de unidad del campo popular a pesar de algunas iniciativas impulsadas por el propio gobierno.
Hoy, luego de las elecciones la derecha se ha envalentonado. A través de la acción de los medios, pretende aparecer como ganadora indiscutida de una elección que en realidad muestra el grado de dispersión de las fuerzas políticas del país. Este posicionamiento, también viene de la mano de un peligroso intento de restauración conservadora a nivel continental. La que se evidenció contra el gobierno de Evo Morales con la conspiracion cruceña, en la media luna boliviana, derrotada por unasur. La misma que ahora ha tomado nuevo impulso – como prueba piloto – con el golpe en Honduras. Desde allí se llama a la derecha de todos los paises latinoamericanos a cerrar filas para inpedir la “chavización” del continente. Asimismo el establecimiento de las bases militares estadounidenses en Colombia, constituyen una amenaza directa a la unidad en curso de los países latinamericanos.
Pero si el retroceso sufrido no es definitivo, ni en Latinoamérica está en riesgo todavía el proceso de liberación de los pueblos, no deja de ser necesaria la lucha por la continuidad y la profundización del proceso de cambio en Argentina como condicion fundamental para que se sostengan los gobiernos populares en la región.
Por todo esto hay que hacer un inventario de los efectos del traspie electoral; reorganizarnos; revisar los errores cometidos; replantearse la estrategia, enarbolar un programa y un nuevo sistema de alianzas y poner la mira en todo lo que nos vamos a jugar en el 2011. Por eso la tarea insoslayable de la hora es la UNIDAD Y LA ORGANIZACIÓN PARA PROFUNDIZAR EL MODELO NACIONAL Y POPULAR.
Esta tarea, que es imperiosa en el orden nacional, lo es más aun en esta Córdoba hoy más conservadora que nunca, con una población que asume mayoritariamente el discurso de los importantes sectores agrarios e industriales, de la iglesia y los medios, amplificado por el coro oportunista de los principales referentes politicos locales. Tenemos en los sectores nacionales y populares parte de lo mejor de la intelectualidad y la juventud, a buena parte de la militancia del peronismo revolucionario y la izquierda y al movimiento obrero combativo que tiene muy en claro lo que tiene que defender. Esta es la argamasa con la que deberemos darle forma a una opción politica en la provincia que vuelva a recuperar las ilusiones del pueblo de que se puede aspirar a vivir dignamente y asegurar el futuro de nuestros hijos.
Contamos con un gobierno que ha retomado la iniciativa y en esa dirección han concurrido todas las medidas adoptadas despues del 28 de Junio: el armado de un gabinete decidido a sostener el programa de gobierno con la decision de no doblegarse ante el FMI; de mantener la politica de superavit fiscal; la intervencion del estado en la economia, el poder de fijar las retenciones, el golpe dado al grupo Clarin birlándole el contrato del futbol y dandole la posibilidad a una inmensa cantidad de argentinos que lo puedan ver gratis y enseguida el envio de la ley de medios, el veto a la avivada de la emergencia agropecuaria bonaerense, el impulso a la ley de arrendamientos rurales, seguir apostando a la generacion de empleo en medio de la crisis, al trabajo decente y a la movilidad del salario y las jubilaciones.Tampoco es poca cosa el rol insoslayable y protagónico de Cristina Fernández en la afirmacion de la politica regional en el golpe de Honduras y la UNASUR y la firma de los convenios con Venezuela.
Nuestro propósito es contribuir a profundizar estos cambios, aportando a la organización popular, defendiendo las correctas medidas del gobierno, criticando las erróneas, promoviendo el protagonismo del pueblo y la construccion colectiva y plural. Trabajando por la unidad y la articulacion de todas las fuerzas y sectores que esten convencidos de la necesidad y la oportunidad histórica que tenemos de construir una democracia verdadera asentada en la justicia social y la libertad. Aprovechando al maximo la inteligencia disponible y todos los saberes de nuestro pueblo para ir construyendo un nuevo paradigma social y politico que nos guie en la aspiración de alcanzar a una sociedad justa más alla del capitalismo salvaje. A edificar un discurso y un nuevo sentido comun que pueda contrarrestar el discurso y la cultura hegemónica de los sectores dominantes hoy potenciado por su poderoso aparato mediatico.
A construir esta fuerza convocamos a todos los hombres y mujeres que no se resignan a aceptar que la historia terminó y que ya no hay lugar ni siquiera para soñar. A aquellos que sientan que no tenemos derecho a dejar caer las banderas de los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos y los muchos más que cayeron antes y después por esas mismas banderas. A sostener esas banderas y creer que es posible transformar esta sociedad los convocamos.
Firmantes: MPSOL, MOVIMIENTO EVITA, MESA DE TRABAJO UNIVERSITARIO, PI-CONAP, GRAP, ATENEO S. RODRIGUEZ, AGRUPACIÓN PERONISTA 26 DE JULIO, AGRUPACION JAURETCHE,
Participaron del Encuentro, Adherentes de Carta Abierta Córdoba, Militantes políticos y sociales, independientes.
Córdoba, 29 agosto de 2009
